sábado, 1 de abril de 2017

Publicado Diario La Nación, Pág. Politica. 01-04-2017. https://goo.gl/58uzuj




Euclides Quevedo
Abogado constitucionalista
En opinión del abogado constitucionalista del PSUV Euclides Quevedo: “No puede haber duda ninguna que las decisiones de la Sala Constitucional de TSJ están dentro del marco constitucional; la problemática de comprender la interpretación constitucional que hace dicha Sala tiene que ver más con la ignorancia de los principios, valores y fundamentos constitucionales por parte de quienes no están de acuerdo con ellas, que con el aspecto político que en uso del activismo judicial pueden hacer los magistrados del TSJ”.

“Esa incomprensión se produce al desconocer que a partir de la aprobación por el pueblo de la Constitución Bolivariana en 1999, se cambió totalmente cómo debe interpretarse cada norma; porque no basta con la lectura de su articulado, hay que ir al fondo de la axiología constitucional, que es lo que hacen los magistrados”, explicó.

Entre lo novedoso de la Constitución vigente, refirió, está la creación de la Sala Constitucional del TSJ, dentro de cuyas potestades está la “jurisdicción normativa”. “Esto es, por ser el único y máximo intérprete, esta Sala puede anular una ley sancionada por cualquiera de los que tienen la iniciativa legislativa, incluyendo al poder popular”, indicó el jurista.

Según el abogado, “los jueces constitucionales tienen potestad para invalidar la ley, la norma constitucional, porque el constituyente originario pudo haber entrado en alguna contradicción, en algún defecto o alguna laguna; pueden suspender sus efectos y, en todo caso, dar la interpretación constitucional que busca dar un sentido a las normas fundamentales que organizan la convivencia política del país”.

“Se trata de mantener la seguridad jurídica y la vigencia del Estado constitucional vigente, pues las normas constitucionales constituyen la base del resto del ordenamiento jurídico, son custodios de la Constitución Bolivariana y no puede haber ningún poder en la República que esté por encima de la Constitución, y no puede haber ningún poder por fuera de la Carta Magna; y tampoco un solo y único interprete autorizado de la Constitución que la Sala Constitucional, si otros poderes pretenden serlo se constituye el mayor atentado a la seguridad jurídica, que es plantear la tesis de distintos intérpretes, es decir, de distintas constituciones”. (LZ).


domingo, 26 de marzo de 2017

FORMACIÓN Y CULTURA CONSTITUCIONAL 



“Contra el capitalismo, más comunitarismo. Comuna o nada”


"La comuna tiene que ser la nueva potencia económica abajo, en la base del pueblo, potenciando la capacidad de trabajo solidario, la productividad, la cultura y el valor del trabajo, trabajo y más trabajo en función de la comunidad, de la sociedad"

Nicolás Maduro




Si una virtud tiene Hugo Chávez, es su innato sentido premonitorio. Una y otra vez en cada intervención comunicacional deja una estela de advertencias y una de ellas está centrada sobre la nueva economía que se aproxima, cuando el decadente capitalismo, neoliberalismo o globalización haga implosión.

No hay duda que la burbuja de esta economía devastadora, más temprano que tarde colapsará; y en este tema el comandante presidente Hugo Chávez es un verdadero veterano de la predicción. Dentro de sus pronósticos, no existe ninguna duda que estas advertencias sobre todo en lo económico no quedaron sólo allí, sino que proporciona soluciones y deja toda una Escuela de su pensamiento capaz de hacer frente a tan incierto futuro.

Una Escuela con un pensamiento critico, un constitucionalismo critico que bajo su visión de líder, pedagogo, estratega, político, comunicador, militar, feminista, obrero, historiador, entre otros, también tiene una extraordinaria visión jurídica, un pensamiento jurídico; nos deja un valioso legado en la ciencia del derecho como su constitucionalización y transformación en Venezuela.

Desde esta óptica de su pensamiento jurídico podemos acercarnos, a un hecho trascendental y paradigmático como haber construido y promovido la visión del poder constituyente originario permanente, que a pesar de ser una teoría tradicional de la teoría clásica del constitucionalismo, es la única de las categorías que tiene dentro de sí, las posibilidades de ruptura, de cambio, de transformación social, por ello jamás dudó en entrar en el planteamiento de lo comunal, de lo común, lo comunitario, lo colectivo, que el núcleo duro del poder constituyente originario permanente.

Con una visión holística, Hugo Chávez nos deja un marco teórico donde refleja las claves de esta temática, el contenido de esa problemática de lo comunitario, del común y finalmente nos deja la proyección jurídico-política de esta problemática comunal y la enorme tarea de desarrollar a futuro el Derecho Comunal que incluye una revisión critica del derecho público y el derecho privado.

Desde el fondo de su pensamiento, intuye que empiezan aparecer nuevos procesos de cooperación y de solidaridad que vienen surgiendo desde la misma base de la comunidad, de la gente, de la población, en los cuales se integra la problemática de lo comunitario, lo comunal.

En este aspecto de la problemática de lo comunitario, podemos decir que se trata de tres contenidos que tienen muy distinta naturaleza y que para articularlos se puede sostener que tienen una cierta gradación: las fuerzas productivas o bienes comunales, la lucha por esos bienes comunales y la práctica de lo comunitario, lo comunal, lo común.

La problemática de lo comunitario precisamente plantea un conflicto al capitalismo que necesita de los bienes comunes para desarrollarse y que se apropia de la naturaleza, pero a su vez su propia dinámica tiende a destruirla, lo que se ha denominado la segunda contradicción del capitalismo, siendo la primera como sabemos capital-trabajo.

Pero además esa problemática de lo comunitario, tienen un segundo elemento como son la lucha por los bienes comunales; es una lucha actual que se ha enriquecido de una manera importante, tanto del conocimiento del espacio territorial donde el capitalismo ha desarrollado una explotación intensiva y destructora como la consciencia que ese espacio territorial tiende a la relocalización social de la economía en lo comunitario.

Ya no son la tierra, el agua, el fondo marino, las montañas, los mares, los árticos, entre otros, sino que además se están introduciendo elementos de otra naturaleza como el espacio urbano como un bien comunitario, el conocimiento humano, que no pueden ser de apropiación privada, incluso el trabajo digital, las bio capacidades de la tierra que tienen que estar protegidos como bienes comunes, para hacer posible el disfrute de los derechos fundamentales previstos en la Carta Magna.

Pero al entender que los bienes comunales son aquellos de los que depende la reproducción identitaria de una comunidad, debemos comprender que la lucha de los bienes comunales es una lucha por la igualdad, una lucha para el disfrute concreto de la igualdad para hacer comunidad, una práctica anticipada de hacer comunidad.

Y el tercer elemento son las prácticas del común, como una vivencia comunitaria, nuevas formas de cooperación y solidaridad social, tanto como las prácticas en la producción, en el consumo y en el mercado.

En la producción, esa relocalización social de la economía y todas las formas no capitalistas con nuevas sociedades mercantiles no lucrativas, tanto como las empresas de producción social, las cooperativas, entre otras; en los espacios urbanos, con los huertos urbanos, que aparecen de manera progresiva, así como la producción del conocimiento de formas colectivas, como de financiación de la producción atribuida a los bancos comunales.

En materia de consumo todas las formas de consumo, incluyendo el consumo colaborativo, luchando contra la obsolescencia, así como la lucha contra los bienes que se han producido con sobre-explotación de niños o mujeres o con técnicas depredatorias de la naturaleza y las diferentes formas de boicot económico a la economía capitalista.

En el mercado no capitalista donde no se produce ningún beneficio como la moneda solidaria, no como valor de cambio en relaciones sociales; el trueque, las luchas por desmercantilizar determinados bienes, la lucha por la no mercantilización de los servicios públicos, practicadas con carácter comunitario.

También podemos visualizar la aparición de elementos como un modo de producción nuevo, que seria el modo de producción de lo comunal, que coexisten con los modos de producción capitalista como coexiste actualmente el cooperativismo en la Patria nuestra y en el mundo.

Con medios de trabajo o bienes comunes, que es un tipo de trabajo concreto que se realiza, una actividad que hace el hombre para satisfacer sus necesidades vitales y que tiene su dominio sobre él, porque es un trabajo que no se vende por tener sólo valor de uso y no un valor de cambio.

Pero además tendría un derecho propio o Derecho Comunal, con una naturaleza jurídico-política propia, se trata de la lógica productiva del comunitario que está inserta en la naturaleza jurídico-política de ese Derecho.

Por todo ello, es vital el estudio a fondo de la problemática comunal, comunitaria o del común, tanto como la deslumbrante manera popular o coloquial como Hugo Chávez hace el planteamiento, dejando además todo un blindaje, un andamiaje jurídico-normativo relacionadas con el poder popular y en él el poder constituyente originario, y toda una estructuración sistemática de lo que será el futuro de la comunidad, cuando detone la burbuja destructora del neoliberalismo, y la hambruna, la desolación y la incredulidad envuelvan los países que no hayan tenido la visión de crear el antídoto capaz de hacer frente a tan apocalíptico momento.

Por esto es una necesidad impostergable empezar por impulsar todo el pensamiento del comandante presidente Hugo Chávez referido particularmente a lo comunal, a lo comunitario, a lo colectivo ahora más que nunca, y empezar la socialización de su pensamiento referido al comunitarismo y entrar de lleno en la producción comunitaria, en la lucha por los bienes comunitarios y en las prácticas comunitarias, con aplicación de toda su normativa, como un avance de ese comunitarismo que será tabla de salvación ante el inminente colapso del capitalismo y su previsión cuando estalle la burbuja neoliberal en ciernes, para que sea menos traumática la sobrevivencia de la Patria nuestra. Sí no conocemos la teoría no avanzamos en la práctica.