“Masculinización
del trabajo y feminización de la pobreza”
[Intervención del abogado constitucionalista Euclides Quevedo
en video-foro con motivo del día internacional de la
Mujer:
“La Mujer como vértice del Poder Comunal”]
La historiografía nos indican algunos elementos que pudieran caracterizar el inicio de la desigualdad hombre-mujer y la pérdida de libertad de ambos. Esta desigualdad y pérdida de libertad de la mujer, se vincula con el nacimiento del capitalismo que se desarrolla con la destrucción de lo comunitario, de lo colectivo, lo comunal, lo común, para dar paso al mercantilismo, al capitalismo, al neoliberalismo y la globalización que hoy amenaza a la civilización.
La historia nos indica que la gestión comunitaria creaba una práctica de comunidad al instaurar vínculos comunitarios, instituía relaciones de producción no jerárquicas, las relaciones de producción eran de coordinación y era un mecanismo extraordinario de articulación social; este mecanismo de articulación social, donde las relaciones hombre-mujer eran relaciones de igualdad estaba vinculada a las sociedades comunitarias y por el contrario la desigualdad hombre-mujer se vincula hoy más que nunca al capitalismo, la destrucción de las sociedades comunitarias.
En las sociedades comunitarias, la mujer tenía un estatus propio, unos aprovechamientos de manera que no era una relación de dependencia sino una relación social de igualdad, porque la mujer participaba en la producción de bienes comunitarios y dependiendo de su estatus tenia algunas ventajas con aprovechamientos específicos, con ventajas y derechos que por ese estatus de mujer se le reconocían, ya fueran casadas, solteras, viudas o huérfanas.
Esa destrucción de las sociedades comunitarias en las que consistió el nacimiento del capitalismo, tuvo unos efectos devastadores en la sociedad comunal; sobre todo, con la destrucción de lo comunitario se va pasando del comunero quien participaba activamente tanto de la producción de bienes comunitarios como de su aprovechamiento, se pasó al trabajador; este camino de comunero a trabajador, es un paso importante en la aparición de capitalismo, porque el trabajador va perder su libertad al aparecer la relación capital-trabajo, al tener que vender su trabajo para poder subsistir y va a perder la igualdad; pero además el trabajador va a perder su libertad, porque al perder esa igualdad con el propietario del capital, en gran medida va ser excluido de los medios de producción del propietario, va ser una relación de desigualdad propietario-trabajador, que implicará los primeros momentos de masculinización del trabajo y en cierta medida la feminización de la pobreza.
Al ser captado el hombre para la producción, bajo la lógica del capital-trabajo, en ese momento la mujer es marginada al aspecto doméstico, al trabajo no productivo y por lo tanto al trabajo no pagado, la mujer perderá su estatus y el hombre será quien sea el único que participa en la producción y es quien asume el trabajo pagado, mientras que la mujer se le tiende a recluir en el aspecto domestico del trabajo no productivo y no pagado, y por consiguiente las relaciones hombre mujer ya no solamente se basan en concepciones culturales, patriarcalistas que vienen a potenciar esa desigualdad precisamente en las relaciones de producción, por lo que hoy se puede hablar de la subversión del feminismo, la subversión feminista de la economía, que son posturas de justicia social del feminismo subversivo de transformación social.
Así las cosas, es muy importante en este momento de transformación y cambio social que se vive en Venezuela, tener conciencia histórica, recordar lo que ha pasado y acordarse de los éxitos antiguos de la mujer, para dar cabida a la organización social actual, que es la clave en estos momentos en que arrecia el imperialismo para imponer la destrucción de una sociedad nueva, distinta, diferente, que tiene que ver con el resurgimiento de lo comunitario, lo social, lo colectivo, lo comunal.
Y esa conciencia histórica está más arraigada en la mujer, que ha transitado durante siglos por ese atropello a la que ha sido sometida, que se inicia con la aparición del capitalismo como lo hemos descrito, con la destrucción de lo comunitario donde la mujer tiene el papel fundamental en esa organización social. La mujer es y será punta de lanza de esa conciencia critica, de la protección de los bienes comunitarios incluyendo el eco socialismo y el rescate de los valores de igualdad y libertad que sólo la mujer ha sentido, tanto como la organización social para el renacimiento de lo comunitario, lo colectivo, lo comunal, que será el antídoto social frente al decadente capitalismo que arreciará en la búsqueda de los bienes comunes venezolanos, como el petróleo, cóltan, oro, biodiversidad, y que la mujer como responsable de la perpetuidad de la especie humana, no dejará arrebatar.